Sobre (Mamá)ravilla

En honor a todas las mujeres que me han cuidado. De y para ustedes.

Con tres diagnósticos del mismo cáncer en tres de las personas más importantes de tu vida, lo lógico habría sido preguntarse: “¿Por qué a mí?”.


Pero yo me hice otra pregunta: ¿Qué es lo mejor que puede pasar? Así nació (Mamá)ravilla.


Transitar un cáncer de seno es una experiencia cruda. Porque más allá del cuerpo, te obliga a mirar hacia adentro. A reconocer qué historias, creencias y patrones han ido, silenciosamente, escribiendo tu biografía emocional.

Ahora imagínate vivirlo tres veces.


El cáncer plantó en mí una única certeza: toda enfermedad tiene una raíz emocional. Y aunque esa raíz puede verse amplificada por otros factores, nace -sin duda- de aquello que sentimos, callamos, ignoramos o heredamos.


Cargamos creencias que no cuestionamos. Modelos que no elegimos. Dolores que no nos pertenecen, pero que aún así guían nuestros pasos… y los de la vida que estamos por traer al mundo. Somos, muchas veces, lo que hemos visto en nuestras casas. Y eso no siempre significa algo bueno. 


Este diario es mi forma de liberar a mis hijas, a mis nietas. A las tuyas. Es mi manera de prepararles un terreno más limpio, más fértil, más consciente. De cortar la herencia del dolor silencioso. De romper el patrón.


Que seamos cada vez más las mujeres que eligen ver, sanar y transformar. Que nos atrevamos a observar con claridad la historia emocional que hemos heredado, la calidad de nuestras creencias, y la responsabilidad divina que tenemos como madres, hijas, nietas.


Somos una generación de mujeres privilegiadas porque podemos elegir qué historia contar. Sobre nosotras. Y sobre la vida que vamos a traer.


Gracias por estar aquí.

Gracias por darte la oportunidad de escribir una mejor historia, una historia más tuya.

Con amor, Valentina.

Conoce el diario